Historia de la inflación en Argentina

Argentina lleva mucho tiempo luchando contra la subida de precios. En la última década, la inflación saltó de niveles manejables a cifras de tres dígitos. Esta historia muestra cómo la política monetaria, los fenómenos meteorológicos y la política hicieron subir los precios año tras año.

Las familias vieron cómo los precios de los alimentos, el alquiler y el transporte subían tan rápido que ahorrar se hizo casi imposible. Las empresas subieron sus precios con frecuencia, con la esperanza de mantenerse al día con el coste de los suministros y los salarios.

Tendencias de 2015 a 2024

Entre 2015 y 2024, las tasas anuales de inflación en Argentina se dispararon del 26,9% al 229,8%. En 2015, los precios subieron alrededor de un 27% con respecto al año anterior. En 2016, la inflación alcanzó el 40%, y luego bajó al 24,8% en 2017, cuando el peso se estabilizó. En 2018 volvió a subir al 34,3%, y luego saltó al 53,8% en 2019 en medio de cambios de divisas.

El año pandémico de 2020 registró una inflación del 42%, seguida del 50,9% en 2021. En 2022, los precios casi se duplicaron, con una inflación del 94,8%. La subida continuó, alcanzando el 212,4% en 2023 y el 229,8% en 2024.

Tabla de datos de inflación enero-mayo 2025

Por qué subieron tan rápido los precios

Varias fuerzas impulsaron estos saltos. En primer lugar, Argentina imprimía a menudo más pesos para cubrir los desfases presupuestarios. Más dinero en la economía, persiguiendo los mismos bienes, hizo subir los precios.

En segundo lugar, fenómenos meteorológicos como sequías e inundaciones redujeron la producción agrícola, disparando el coste de los alimentos. Cuando los precios mundiales del petróleo subieron, los costes locales del combustible y el transporte se sumaron a la inflación.

En tercer lugar, los cambios políticos provocaron repentinas fluctuaciones monetarias. La supresión o reimposición de los controles monetarios provocó fuertes devaluaciones del peso, que encarecieron las importaciones de la noche a la mañana. Estos factores se combinaron en diferentes años para llevar la inflación a máximos históricos.

Principales cambios de política

Los principales cambios de política tuvieron efectos inmediatos. A finales de 2015, el nuevo Gobierno puso fin a los estrictos controles de divisas. El peso perdió un 30% de su valor en meses, y la inflación se disparó por encima del 40% a principios de 2016.

La eliminación de los impuestos a la exportación de cultivos clave hizo subir aún más los precios de los alimentos. A finales de 2019, una nueva administración reintrodujo los controles de cambio y los topes de precios. Aunque esto frenó algunas subidas de precios, también redujo la oferta. Surgieron tipos de cambio en el mercado negro, ampliando la brecha entre los tipos oficiales y los reales. Esa brecha alimentó nuevas presiones inflacionistas en 2021 y 2022.

Enfriamiento reciente en 2025

Un cambio de rumbo a finales de 2023 trajo nuevas esperanzas. Los nuevos dirigentes prometieron presupuestos más estrictos y limitar la emisión de moneda. En enero de 2025, la inflación mensual se redujo al 2,2%, la marca más baja desde 2020. Los salarios reales aumentaron en algunos productos básicos, al tiempo que se ralentizaba el aumento de los precios.

En mayo de 2025, la inflación anual se redujo al 43,5%, la tasa interanual más baja desde principios de 2021. Los aumentos mensuales cayeron al 1,5% en mayo, frente a más del 7% mensual en 2022. Estas cifras demuestran que unas reglas fiscales más estrictas y unas políticas cambiarias más flexibles pueden frenar los precios desbocados.

Lecciones políticas y económicas

La historia de Argentina ofrece lecciones para otros países. Imprimir demasiado dinero puede ser contraproducente. Los cambios bruscos de política -como la devaluación de la moneda- pueden perjudicar a la gente antes que ayudarla. La inestabilidad política y los mensajes contradictorios sobre presupuestos y controles erosionan la confianza. Esa falta de confianza alimenta la inflación, ya que las empresas y las familias actúan con anticipación para evitar precios más altos en el futuro.

De cara al futuro

Los analistas prevén descensos constantes, pero advierten de que aún faltan años para que la inflación sea de un solo dígito. Para finales de 2025, la inflación anual podría caer por debajo del 30%, según las encuestas de los bancos centrales. Pero incluso el 30% sigue siendo alto en comparación con los niveles mundiales. Brasil y Chile registran una inflación cercana al 4%, y Estados Unidos ronda el 3%. Para Argentina, alcanzar esos niveles exigirá una disciplina política sostenida, saldos fiscales más sólidos y tipos de cambio estables.